¿Qué se necesita para convertirnos en otra persona?
En la historia de la música blues existe una leyenda que habla sobre guitarristas y cantantes cuyo talento era mediocre, pero al volver de distintos viajes, mostraban un insólito sentido creativo, por lo que  comenzó a rumorarse que vendían su alma al diablo para ser expertos en la materia. El cuento se extiende hasta la historia del rock moderno, pero aunque el asunto con Satanás suena un poco exagerado, es cierto que los viajes cambian a las personas, especialmente después de enfrentarse a una situación difícil, como no tener habilidades con la música o terminar una difícil relación.

 

Salir de viaje a causa de una ruptura puede sonar como una acción drástica e impulsiva, pero lo cierto es que las relaciones son un asunto tan complejo, que su efecto en cada persona es distinto. Existen dolencias graves dependiendo la percepción de las personas y para algunos, terminar una unión de varios años, puede resultar demasiado trágico como para soportarlo; en esos casos, cambiar de aires ayuda a reencontrarnos y a darle un sentido más claro a la vida.

Los siguientes son viajes necesarios para superar por completo ese dolor y volver como los antiguos cantantes de blues: con nuevas habilidades y sin el alma con el que habíamos partido desde un inicio.

 

De descanso

 

La persona que amábamos se fue y después de gritos y llantos, el cansancio es inevitable. Uno de los tantos viajes puede ser exclusivamente para relajarse y olvidarse del estrés causado por todas las discusiones y los días en que pasaron preguntándose si valía la pena seguir en la relación. Depende del gusto cada quien. Algunos encuentran confort en los lugares fríos y otros a la luz del sol, de cualquier manera, cada quien debe encontrar el camino hacia un lugar donde puedan perderse solos y ahogar sus pensamientos en un espacio libre.

 

En el bosque

Adentrarse en el bosque –posterior a una relación– nos puede dar una calma insólita. No es necesario viajar solo, pero sirve como una forma de entrar en contacto con la naturaleza, que es mucho más grande que nosotros o que cualquier problema que tengamos. Es una manera de notar nuestra insignificancia, encontrar silencio entre el ruido de las aves, las ramas y el viento y una ayuda enorme para hallar un lugar en el mundo.

 

De revaluación

 

Revaluar significa poner en juicio nuestra persona; analizar si hubo fuertes cambios durante la relación y establecer nuevas prioridades ahora que se ha ido una parte de nuestra vida. Este viaje puede ser intercontinental o en un lugar cercano y cómodo, pero es necesario ir sólo para tener tiempo y nada de distracciones para seguir adelante.

 

De escritura

 

Cuando hablamos de viajar, suena a que iremos a otro país, pero no es necesario, al menos para esta parte del periodo de recuperación. Escribir es de gran ayuda para muchas personas, pues les permiten expandir sus ideas y liberarse de sus pensamientos mediante la literatura. Es una forma de escapar de uno mismo y simula a una especie de terapia en la que nosotros mismos nos respondemos y tratamos de encontrarle el sentido a todo. Es recomendable hacerlo en lugares callados donde no encontremos molestias. Pueblos, playas y campos suenan a opciones perfectas y baratas cerca de la CDMX.

 

Con alguien inesperado

 

Quizás la ruptura dio paso a una nueva relación o durante uno de nuestros desplazamientos encontramos a alguien. Aunque nos encontremos en un periodo vulnerable, un viaje de este tipo, sin importar el destino, nos puede ayudar a mantener la fortaleza y a no viajar solos durante la soledad. En el mejor de los casos encontraremos otros brazos en cuales estar rodeado, pero también existe el riesgo de tener otra decepción amorosa.

 

En la ciudad

 

Cualquier ciudad. Así sea la nuestra, Nueva York o París, cualquiera es perfecta para perderse y encontrar diferentes grupos y zonas sociales. Clubs de música, museos, recorridos, cines, teatros. Existe de todo y es perfecto para conocer a otras personas o mantenerse a solas, dependiendo de nuestro estado de ánimo y cómo deseemos superar la ruptura.

 

De meditación

 

Meditar no es lo mismo que revaluar ni que relajarse, es entrar en contacto con uno mismo y hacer una profunda exploración de la conexión de nuestra mente con los sentimientos y la naturaleza. Para esto, puedes visitar los lugares más espirituales del mundo, o simplemente encontrar un espacio con calma y aprender sobre este proceso que nos puede ayudar, no sólo a superar al ex, sino a tener una vida más plena y feliz.

 

Con tus amigos

 

Siempre estarán ahí para nosotros y no hay mejor opción que tomar una camioneta y salir hacia un pueblo o la playa para divertirse, olvidarse de los problemas, conocer gente y causar caos con esos compañeros de vida. Es un viaje necesario para recuperar la alegría y saber que no todo se acaba con una ruptura.

 

Destinos al azar

 

Es la regla que hemos seguido durante toda la lista y puede sintetizarse demasiado fácil: no hay mejor viaje que aquél donde no se sabe el destino. Así es la vida. De esa manera nos adentramos en las relaciones y en las decisiones que tomamos, así que es mejor transformar la metáfora en realidad y partir hacia donde el destino nos lleve.

 

De apertura

 

Volver a casa. Notar los cambios y abrirse a que todo lo que sucede durante nuestra existencia es una serie de eventos inesperados. Crear apertura es darnos cuenta de esos aspectos y hacer una revisión de todo lo que aprendimos durante el viaje, para implementarlo en nuestra vida. De esa manera, nada habrá sido en vano. Ni el sufrimiento, ni los largos desplazamientos.

En cada uno, es necesario recordar que debemos disfrutar de nuestra propia compañía y que se necesita una pareja siempre para seguir adelante. Redescubrirse no sólo nos ayuda a olvidar a quien se fue, sino que también nos hace más conscientes de nuestros talentos y del valor que tenemos como individuos. Y así notamos que en parte es cierto la leyenda de la música blues: los viajes cambian vidas.